domingo, 14 de julio de 2019

Noche oscura del alma

Bajo esta luna vago y me encuentro perdida,
Desnuda, sola y sintiéndolo todo.
En esta noche oscura me hundo profundo,
Me ahogo lento entre aguas negras y heladas.
No hay cielo estrellado, no hay horizonte,
y la luna se esconde por lapsos más largos.

En la noche oscura del alma siento el corazón atorado en la garganta, así la mente palpita fuerte y doloroso, queriendo salir por los ojos y muriendo en la lengua transformada en nada.
Los pulmones son bloques helados, pesados y llenos de agua, no sirven.

Y a medida que me hundo en la penumbra voy olvidando la calidez del sol, voy perdiendo el norte, no sé si me hundo o si floto en el gélido abrazo del vacío que rasga mi alma y perfora mi mente, todo duele y nada tiene ya sentido.

Después de tanta agonía, puedo ver que se acerca el final, la angustia se va, el miedo me abandona y dejo de luchar. Se que es tarde ya y me vacío por completo, quedando solo en compañía de la dulce melancolía de los últimos momentos, resignación y luego una absoluta desesperanza calmada.

Mi piel se resquebraja y mi rostro se hiela,
Hecha un ovillo me voy desarmando lentamente,
Desde los ojos, la lengua, la garganta, pasando por el corazón hasta los pies que solían pisar firme.

Hace mucho las alas no me sirven,
Llenas de plumas grandes, sucias y pesadas,
No tengo la fuerza para ellas, y una parece estar rota.
He dejado pedazos de mi en otros lugares,
y ahora apenas me reconozco

He muerto lento y no creo volver a encontrarme.
Ya nada está bien, no soy la misma,
Y nada nunca más será igual.
Ya no puedo regresar, mi piel no queda igual.
Este es el punto de no retorno.

Aunque sé que si cierro los ojos, al abrirlos nuevamente, no sé cuándo, ni cómo… 
... seguramente habrá amanecer.

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