viernes, 26 de abril de 2019

Ciclotimia de Abril

Siento de nuevo que no encajo.
Sé que debo estar aquí, pero no quiero y es posible que sea lo opuesto.
Me siento realmente sola y melancólica, hablo cosas que a nadie a mi alrededor parecen importar o entender...incluso parezco incomodar, nadie quiere pensar mucho al respecto, mucho menos hablar del tema.

Y encuentro navegantes como yo, solos y apartados de todo, refugiándose a ratos en momentos fugaces, conversaciones banales, placeres mundanos, todo con tal de sentir encajar un ratito, todo con tal de no estar siempre solos.
No me siento única, me siento rara:
“¿No entiendo qué haces trabajando aquí?”
“¿No entiendo por qué vives aquí?”
“¿Por qué estás con ellos?”
"¿Por qué permites esto?”
“¿Por qué estás con él?”
“¿Por qué te aferras?”
No puedo responder, yo misma no entiendo que hago viva.

No lo sé, decidí aterrizar para disfrutar una vez más la calidez de la tierra bajo mis pies, seguir la luz del sol, dormir un rato entre las olas.
No sé cuánto tiempo más podré estar aquí y me da miedo pensar en ello o tomar decisión alguna.
Ojalá me llevará el sueño eterno, me ahorraría el pensar, me ahorraría decidir.
Pero me aferro enamorada a un calor que no es mío y que quema mis alas poco a poco, consumiendo por dentro y por fuera cada resquicio de esperanza y libertad.

Y así lo he querido, así lo he permitido, deslumbrada sin remedio.
Prisionera de un amor que me vuelve masoquista y un poco sádica.
Esclava no solo del placer, sino de un amor como no había sentido, que aterra, lastima y fascina.
Una emoción tan fuerte, una devoción tan profunda que ayuda a ignorar el dolor.
Sé que esto es algo especial, irrepetible e invaluable.

Y aún así, cómo desde el día que nací y pese a todo el amor que soy que me rodea, no me siento encajar del todo en este mundo tan polarizado y egoísta a morir.
Donde es más importante tener que ser.
Somos una unidad cada vez más dividida, no volveremos a ser uno, y eso me tiene devastada.
Somos seres llenos de vida, llevando estandartes de muerte donde quiera que pisamos.
Bajo esa lente un individuo suicida no parece tan descabellado.
Al final estamos acabando con todo, en un proceso aún más lento y agónico, peor aún, por motivos de lo más estúpidos.
Suicidio lento, sinsentido y masivo.
Y la esperanza se esfuma, las acciones se vuelven tan fútiles.
Y no sé si quiero permanecer hasta el final del show.
No sé si quiero estar aquí.
No sé si deba estarlo.
No encajo.
No sé.
No.
.

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