Rota y silenciosa, vacía y fría como tumba.
Siguiendo la luz me perdí en la sombra.
Callada estoy, callada seguiré, con labios y corazón sellados.
Puedo sentir el rojo, estirándose, enredándose cada vez más, tensando doloroso en cada arteria hasta la médula.
Dura, distante, lejana, roca muerta y helada, sin luz propia.
Errante y fugaz atravesando mi ojo izquierdo,
Me quedo en el fondo del inmenso oceano, oscuro, solitario, silencioso.
Ciega.
Ciega y perdida, sola y pequeña cuál ave ahogada en un amor pintado, pintado en azul, violeta, dorado.
Estrellada, asfixiada, aplastada.
Antes de morir, recuerdo el primer momento: su luz, su mirada profunda, cálida cercanía, un beso robado,y la breve visión del terrible final.
Y aún así.
Si volviera a nacer, lo volveria a hacer.
Una, otra, y otra vez...
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